Rage Against the Machine: la eterna lucha contra lo establecido

 
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Anger is a gift

En los últimos años nos hemos instalado en un hartazgo de la sociedad hacia el mundo en el que vivimos. La crisis de 2008 golpeó los cimientos del sistema e hizo tambalear la economía de un modo que parecía que estábamos a las puertas de un nuevo orden mundial. Nada más lejos de la realidad. Los parches de aquel enorme pinchazo asentaron los poderes fácticos que mueven nuestras vidas y todos los que quedaron en el camino lo hicieron sin afectar al corazón de la globalización.

La canción protesta siempre ha existido en EE UU. En los años sesenta y setenta los mensajes se centraban en la igualdad racial, la guerra de Vietnam y la búsqueda de asentar la paz mundial, algo completamente utópico en la época. Lennon, Dylan, Hendrix o Marvin Gaye igualaron en importancia su música a su mensaje y lo llevaron al gran público. Los ochenta fueron una década de menor calado ideológico hasta la llegada del hip hop, que se hacía eco de los problemas de la calle o, al menos, una parte de ella. El grunge era introspectivo, centrado en las luchas interiores y los tormentos del artista y el metal nunca fue especialmente explícito en su mensaje protesta. Con este ‘background’ y la influencia clara del punk de bandas como MC5 y el hip hop de Public Enemy, aparecerieron Rage Against the Machine, introduciendo en el tablero una nueva variante: los problemas que surgían de la globalización.

Miembros de RATM con los ojos y la boca tapada en una de sus primeras imágenes promocionales

Miembros de RATM con los ojos y la boca tapada en una de sus primeras imágenes promocionales

It has to start somewhere, it has to start sometime. What better place than here? What better time than now?

Es cierto que visto desde 2021, la lucha antiglobalización es algo que puede resultar hasta manido. Hemos vivido protestas en reuniones del G-8, huelgas de todo tipo, cumbres del clima que han acabado en barricadas callejeras e incluso a una niña cuyo mensaje ha llegado a más gente que nunca antes gracias a otro aliado, las redes sociales. Sin embargo, en 1990 no existía Greta Thunberg, ni el acceso a la información y la facilidad para la organización que tenemos hoy día. Y mucho menos aún la decepción comunitaria ante lo que mueve el mundo. En aquellos años, las conciencias sociales se mantenían dormidas ante la dimensión de la globalización, tan fuerte en proclamar sus grandezas como en esconder sus miserias.

Tom Morello

Tom Morello

Rage Against the Machine eran cuatro, pero dos de ellos fueron sus líderes. Tom Morello, el guitarrista más original de la historia, con una influencia brutal en todo lo que vino después. Capaz de inventar sonidos jamás antes sacados a una guitarra hasta el punto de tener que avisar en los créditos del primer disco de la banda de que no se había utilizado ningún teclado, ‘sample’ o sintetizador a la hora de grabarlo. Un auténtico mago de las seis cuerdas. Sus padres eran inmigrantes activistas: su madre, italo-irlandesa, fundó una asociación contra la censura en el rap ya en 1987 y su padre fue guerrillero en su Kenia natal y, una vez conseguida la independencia, su abuelo fue el primer presidente del país.

Pero su vida estuvo alejada de la comodidad. Sus padres se separaron cuándo él no había cumplido los dos años. Su madre dejó el Harlem donde nació y se mudó a Illinois, donde Tom era el único negro en su barrio. Sus vivencias de niñez fueron tan impactantes para él que ha declarado que «desde el primer día que fui a la guardería supe lo que era el racismo». Estudió Ciencias Políticas en Harvard con la idea de formarse personalmente, puesto que nunca se vio trabajando en política. Sus ganas de hacerlo, si algún día existieron, se esfumaron tras trabajar dos años con el senador izquierdista Alan Cranston. «Se pasaba el día al teléfono pidiéndole dinero a los ricos y comprometiendo sus ideales. Me hizo entender hasta qué punto está sucio este mundo». El futuro de Morello pasó por colgarse la guitarra y llevar su mensaje allá donde las garras del sistema no hicieran que prostituyese aquello en lo que creía.

Zack de la Rocha

Zack de la Rocha

Zack de la Rocha tuvo una vida parecida. Sus padres, inmigrantes, se separaron siendo él un niño, y se fue a vivir con su madre a un barrio donde eran los únicos hispanos dentro una comunidad blanca. De la Rocha ha contado en alguna ocasión cuánto le traumatizó escuchar reír a sus compañeros de clase tras llamar su profesora a los mexicanos ‘wetbacks’ (espaldas mojadas) y lo frustrante que fue para él quedarse en silencio. Una vez más, la música como focalizador de los demonios internos de un músico.

I think I heard a shot. Wake Up

Cuando en 1991 Tom Morello vio rapear en un club a Zack de la Rocha, supo que era la persona que él y Brad Wilk, batería de la que por aquel entonces era su banda, Lock Up, estaban buscando. Ambos querían salir del grupo porque, según sus propias palabras, ansiaban hacer música lo más contestataria posible. La conexión con De la Rocha fue inmediata y este trajo con él a Tim Commerford, un amigo de la infancia que tocaba el bajo. Había nacido Rage Against the Machine.

En solo unos meses grabaron un casette con doce temas y consiguieron llamar la atención de varias discográficas, atraídas por el potente cóctel de punk, rock, rap, metal, funk y, sobre todo, mensaje protesta. Epic, el sello responsable del disco más vendido de la historia, ‘Thriller’, de Michael Jackson, se llevó el gato al agua y publicó el disco debut de la banda. La portada que presentó a Rage Against the Machine al mundo era la mítica fotografía de Malcolm Browne de un monje budista vietnamita que se suicidó en el lugar más transitado de Saigón en 1963, como protesta ante la represión que vivía su comunidad. Como curiosidad, fue ese hecho el que creó la expresión ‘quemarse a lo bonzo’, puesto que esos monjes también eran llamados ‘bonzos’.

El éxito del grupo fue prácticamente instantáneo, apoyado por su directo incendiario. Un álbum clásico con canciones que hoy son himnos, como ‘Bullet in the Head’, ‘bombtrack’, ‘Know your enemy’, ‘Take the power back’, ‘Freedom’ y, por encima de todas ellas, ‘Killing in the name’, el tema que acercó a Rage Against the Machine al público masivo.

RATM tocando ‘Bombtrack’ poco después de que su primer disco saliera a la calle.

Some of those who work forces, are the same that burn crosses

La exposición mediática del grupo fue rápidamente usada por sus miembros para hacer ver que sus intenciones iban mucho más allá de las estrictamente musicales. La primera gran polémica sucedió cuatro meses después del lanzamiento del álbum, cuando se les contrató para abrir el festival itinerante Lollapalooza de ese año. Su set era de tan solo 15 minutos, pero no dejaba a nadie indiferente.

El 18 de julio, en la parada del festival en Filadelfia, RATM se encontraron con que Zack de la Rocha se había quedado afónico. En lugar de cancelar su ‘show’, y a pesar de las consecuencias que podría tener para su carrera recién iniciada, decidieron protestar de un modo impactante contra la etiqueta ‘Parental Advisory Explicit Content’ que por aquel entonces se estaba a punto de introducir. Salieron desnudos, con la boca tapada y cada uno con una letra pintada en el torso que formaba el acrónimo PMRC (Parents Music Resource Center), que era el comité que decidía acerca de la implementación de la etiqueta en los discos y cuya misión era educar a los padres sobre «modas alarmantes» en la música popular. Permanecieron inmóviles durante sus quince minutos sin tocar una sola nota y recibiendo incluso el lanzamiento de objetos por parte del público, que no comprendía lo que estaban haciendo esos cuatro chicos. Seis meses después, Rage volvió a la ciudad tocando gratis para resarcirse de aquel ‘no concierto’.

Los miembros de Rage Against the Machine, protestando durante su actuación en el Lollapalooza de 1993.

Los miembros de Rage Against the Machine, protestando durante su actuación en el Lollapalooza de 1993.

El ascenso vertiginoso del grupo no conllevó, sin embargo, la salida de material nuevo inmediatamente, algo habitual en aquellos tiempos. ‘Evil Empire’, el segundo disco de la banda, tuvo que esperar cuatro años para ver la luz. Entre medias, muchas más polémicas, aún más éxitos y rumores. Muchos de ellos acerca de las tensiones dentro del grupo. Conforme avanzaban los años y no aparecía material nuevo, las noticias acerca de una posible separación se hacían más y más comunes.

‘Evil Empire’ salió publicado en 1996 y con él, una nueva controversia que les pondría en el ojo del huracán. Tres días antes de que el disco saliese, la banda fue invitada a actuar en el ‘Saturday Night Live’, uno de los programas con más audiencia de Estados Unidos. El presentador de esa noche, puesto que cambia cada capítulo, era el multimillonario Steve Forbes, algo que Rage Against the Machine no iba a dejar pasar de largo. Tenía que tocar dos canciones, la recién estrenada ‘Bulls on parade’ y ‘Bullet in the head’.

Desde producción ya les habían advertido de que no podrían soltar ninguna proclama y el grupo contaba con que el programa iba a censurar las palabras más explícitas en ambas canciones. Así que decidieron colocar dos banderas americanas del revés, algo que ya habían tomado como costumbre. Pero el programa les avisó de nuevo de que no podrían hacerlo, después de comprobar el plan del grupo durante los ensayos. Veinte segundos antes de que Steve Forbes les presentase, la banda volvió a colocar rápidamente las banderas, que fueron retiradas solo cinco segundos antes de comenzar la actuación por las fuerzas de seguridad, que una vez terminada la primera canción, les sacaron a la fuerza del estudio. En el camino, Tim Commerford logró entrar en el camerino de Forbes y causar varios destrozos. ¿El resultado? Rage Against the Machine se enfrentó a una mayor censura, pero ‘Evil Empire’ salió a la venta tres días después directo al número uno de ventas.

RATM en su mítica actuación en SNL

Llegados a este punto, cabe preguntarse por qué Epic, que era filial de Sony, continuaba promocionando y sacando material de un grupo tan problemático. La razón es sencilla: RATM han vendido más de 20 millones de copias de sus cuatro discos de estudio. La maquinaria imperialista sabe que por encima de todo está el beneficio económico y con ellos lo tuvieron desde el minuto uno. Palos con gusto no duelen. El grupo, por su parte, se sentía cómodo por la manga ancha que tenían, libertad creativa absoluta y pocas llamadas de atención desde la planta noble de Sony.

Tras el éxito de ‘Evil Empire’ llegó ‘The Battle of Los Angeles’, el tercer y último disco original del grupo, ya a finales de 1999. Y con él, de nuevo una enorme polémica. Para la grabación del videoclip de ‘Sleep now in the fire’ contaron con Michael Moore como director. Consiguieron permiso para grabar en las escaleras frente a la Bolsa de Wall Street, pero su idea era mucho más ambiciosa. Doscientos fans de la banda se concentraron en la escalinata y la calle, algo para lo que no tenían permiso, y Michael Moore acabó siendo arrestado.

Ante su detención, la banda decidió intentar entrar en la Bolsa junto a sus seguidores, algo que no consiguieron, pero sí lograron que el mercado de valores tuviese que cerrar durante unas horas. Todo, por supuesto, quedó grabado. «Pase lo que pase, seguid tocando», les dijo Michael Moore al grupo, seguro de que la Policía acabaría por disolver la grabación. Un circo mediático que consiguió poner de nuevo a RATM en todos los telediarios americanos. Pero todo acabaría por estallar poco después.

Videoclip de ‘Sleep now in the fire’, rodado frente a Wall Street.

Calm like a bomb. Ignite

Las fricciones internas dentro de Rage Against the Machine serían constantes desde la formación de la banda. Tom Morello era pragmático y veía con buenos ojos lanzar sus proclamas desde el micrófono que les daba el ‘mainstream’, llegando a compartir programas en la MTV donde al día siguiente irían Britney Spears o Backstreet Boys. Zack de la Rocha pensaba de un modo distinto. No se sentía cómodo bajo cualquier foco que no fuese el de los escenarios. Hablamos de un chico que entre tour y tour se marchaba a México a conocer de primera mano los problemas en Chiapas y a apoyar económica y físicamente al Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Tom no veía erróneo utilizar todos los medios a su alcance para que su música despertase conciencias. Zack vivía la espiral de éxito sin resultados inmediatos en la lucha social como una especie de fracaso personal. A finales del 2000, De la Rocha anunció su salida de la banda, poco antes del lanzamiento de ‘Renegades’, un disco de versiones de grupos como Rolling Stones, MC5 o Cypress Hill.

Rage Against the Machine en un concierto en Londres durante su última reunión.

Rage Against the Machine en un concierto en Londres durante su última reunión.

RATM volvieron en 2007, sí, pero no fueron capaces de crear nada nuevo juntos. De hecho, ni se lo plantearon. Tocaron sus clásicos y volvieron a lanzar sus proclamas contra el sistema, pero, sobre todo, pusieron el cazo. En mi memoria quedará para siempre como el momento más espectacular vivido durante un concierto cuando en Getafe, en 2008, durante su primera reunión post-ruptura, aparecieron con los ojos tapados y vestidos como presos de Guantánamo para disparar ‘Bombtrack’ sin ser capaces de moverse del sitio para, una vez acabada la canción, quitarse la capucha y el mono mientras sonaba ‘La Internacional’ y se izaba una enorme estrella roja en el fondo del escenario. Un puñetazo visual de tal calado que no he vuelto a ver encima de un escenario jamás algo parecido.

Los miembros de Rage Against the Machine, vestidos como presos de Guantánamo.

Los miembros de Rage Against the Machine, vestidos como presos de Guantánamo.

Who controls the past now, controls the future. Who controls the present now, controls the past

Ni Zack ni Tom han dejado el activismo, sobre todo el primero, que después de la separación de RATM apenas ha creado musicalmente. El grupo One Day as a Lion, con el batería actual de Queens of the Stone Age, Jon Theodore, que publicó un EP en 2008, y un trabajo de 20 canciones junto a Trent Reznor de las cuales solo vio la luz una, ‘We want it all’, como parte de la BSO de ‘Fahrenheit 9-11’. Poco más.

Tom Morello fundó Audioslave con las cenizas de la banda y Chris Cornell, recién separado de Soundgarden, a la voz. Además, ha girado junto a Bruce Springsteen siendo parte de la E Street Band, grabado material en solitario y como The Nightwatchman y reunificado al resto de RATM, cubriendo el hueco de De la Rocha con miembros de Cypress Hill y Public Enemy en Prophets of Rage, su consolidado proyecto actual. En 2019 el grupo anunció su vuelta para una gira mundial, ahora aplazada por culpa del maldito coronavirus. Las esperanzas no pueden ser más que las de hace 14 años. Ver al grupo que marcó una época tocar canciones que ayer fueron y hoy son himnos y poco más. Por desgracia.

Por raro que parezca, la historia de Rage Against the Machine es la del triunfo del poder contra el activismo. De cómo las disputas internas y los distintos modos de ver cómo enfocar una rabia tan descomunal ante las injusticias que nos rodean acabó por apagarla. Un ejemplo más de lo caótico que resulta construir un discurso unificado cuando tu naturaleza es la crítica a todo lo que te rodea, empezando por quien tienes más cerca. Uno se empieza fijando en los problemas más grandes, pero al contrario de lo que dicta el dicho, la paja en el ojo propio acaba por molestar mucho más que la viga del ajeno.

Estamos en 2021, los problemas se multiplican y sí, a veces se magnifican, pero una generación entera de chicos están creciendo sin un referente que les escupa verdades a la cara del tamaño que tuvo RATM. Una generación huérfana de alguien que les saque de la banalidad, condescendencia e interesada equidistancia que rodea a quienes copan los números uno estos días. Y mientras tanto, la rueda del sistema, cada vez más poderosa, continúa girando sin importarle que un día hubo un palo, hoy quebrado, que intentó frenar su avance.

 

Bonus. 10 curiosidades extra de RATM:

  • Ante las dificultades que encontraban para recabar la energía que necesitaban para la grabación de su primer disco, ‘transformaron’ el estudio en un escenario al que cada día invitaban a amigos a escucharles grabar. De este modo capturaban la esencia del directo.

  • En el momento de la grabación de ese primer trabajo, cada miembro del grupo solo tenía 600 dólares cada uno para sus gastos.

  • Al acabar la universidad y antes de comenzar a trabajar en el gabinete de Alan Cranston, Tom Morello trabajó como ‘stripper’ en Los Ángeles.

  • Zack de la Rocha escribió una canción llamada ‘Rage Against the Machine’ para un proyecto anterior a la banda.

  • Después de los ataques del 11-S, se creó una lista de canciones que no se recomendaba poner en radios o televisiones. Rage Against the Machine fue el único grupo en tener toda su discografía incluida en dicha lista.

  • En el minuto 1:05 del vídeo de ‘Sleep now in the fire’ aparece un hombre con un cartel electoral de Donald Trump para 2020. Michael Moore lo incluyó porque le resultaba lo más cómico del mundo imaginarse a Trump como presidente.

  • La última reunión del grupo fue en 2010, donde incluyeron un concierto gratuito para 40.000 personas en Finsbury Park, Londres, tras haber sido ‘Killing in the name’ la canción más vendida en la Navidad anterior en el Reino Unido. La razón fue que dos chavales hicieron viral el reto de conseguir que el clásico de Rage Against the Machine superase al ganador del programa ‘X-Factor’, el cual había sido la canción más vendida en todas las Navidades desde 2005. El grupo se involucró en el proyecto y otros artistas como Paul McCartney o Dave Grohl mostraron su apoyo a la banda.

  • En el final de la primera película de ‘Matrix’, cuando Neo hace un discurso sobre el pueblo recién liberado, al colgar el teléfono suena ‘Wake up’, que acompaña a los títulos de crédito de la película.

  • Tim Commerford, bajista del grupo, tiene tatuado más del 75% de su cuerpo.

  • Durante su primera gira, el grupo rehusó vender ‘merchandising’, al creer que se entraba en el juego del consumismo liberal. La primera vez que vendieron fueron ellos mismos y a un precio de 8 dólares la camiseta.

  • En 1999, trescientos policías se reunieron para protestar contra un concierto de Rage Against the Machine en Massachusetts. La respuesta de la banda fue enviarles donuts.

  • En el año 2000, durante la entrega de los MTV Video Music Awards, Tim Commerford trepó a lo más alto del escenario al perder el vídeo de ‘Sleep now in the fire’ contra el de ‘Break stuff’, de Limp Bizkit. El grupo de Fred Durst siempre ha considerado a RATM una influencia musical, pero ha repudiado su mensaje, algo que nunca ha sentado bien en la banda.