Alain Johannes: «El ‘streaming’ y la IA hacen mucho más difícil ganarse la vida como músico»

 

/ Tom Bronowski

 

El artista chileno-estadounidense, fundador de Eleven y que ha grabado y tocado con QOTSA, Them Crooked Vultures, Chris Cornell y PJ Harvey, arranca este viernes, 12 de abril, en Sevilla una gira por España en la que también actuará en Málaga, Murcia, Madrid, Barcelona, Pamplona y Bilbao, junto al grupo Lost Satellite, que hará de telonero y de acompañante sobre el escenario


Hay un nombre que es posible que no conozcas, pero que seguro que aparece en la letra pequeña de uno de tus discos favoritos. Puede ser en uno de Queens of the Stone Age, como el mítico ‘Song for the dead’. Quizás es en ese de los Arctic Monkeys, ‘Humbug’, en el que la banda británica cambió su sonido para siempre. O puede que en uno de PJ Harvey, Mark Lanegan, Chris Cornell, Jimmy Eat World, No Doubt, UNKLE, Eagles of Death Metal, Puscifer y así hasta llegar casi al centenar. Porque Alain Johannes (Santiago de Chile, 1962) cuenta con un currículum dentro del mundo del rock difícilmente igualable, ya sea como músico, compositor, productor, ingeniero de sonido y cuantos oficios sean posibles en un estudio o sobre el escenario.

En los años 90, en pleno auge del grunge, fundó la banda Eleven, junto a su esposa Natasha Shneider, quien falleció en 2008, y el batería Jack Irons, todo un referente en aquella época aunque no alcanzara el éxito comercial; fue músico en directo de Queens of the Stone Age, con los que también participó activamente en los discos ‘Song for the dead’, ‘Lullabies to paralyze’ y ‘Era vulgaris’, y de Them Crooked Vultures, aquella efímera superbanda formada por Josh Homme (QOTSA), Dave Grohl (Foo Fighters) y John Paul Jones (Led Zeppelin), en la que era el segundo guitarrista; enseñó a tocar el bajo a Flea (Red Hot Chili Peppers); colaboró estrechamente con Chris Cornell y Mark Lanegan; y ha grabado discos en solitario (‘Spark’, 2010; ‘Fragments and wholes vol. 1, 2014, y ‘Hum’, 2020 ); compuesto bandas sonoras para videojuegos (‘Tom Clancy’s Ghost Recon Breakpoint’ y ‘Tom Clancy’s Ghost Recon Wildlands’) y hasta cuenta con un documental sobre su vida, titulado ‘Unfinished plan: El camino de Alain Johannes’ (de 2016 y disponible en Filmin).

 
 

El músico chileno-estadounidense inicia este viernes, 12 de abril, en Sevilla una gira por España en la que también actuará en Málaga (13 de abril, Cochera Cabaret); Murcia (14 de abril, Garaje Beat Club), de la mano de Rata Toro; Madrid (17 de abril, Moby Dick Club); Barcelona (18 de abril, Estraperlo Club); Pamplona (19 de abril, Zentral 2) y Bilbao (20 de abril, Sala Azkena). En ella estará acompañado por la banda Lost Satellite, que actuará en cada uno de los conciertos como teloneros, presentando su reciente nuevo disco, ‘A broken lightbulb’, producido por el propio Johannes, y también acompañándole sobre el escenario. Hablamos con el multiinstrumentista sobre la gira, sus próximos proyectos y algunos de los momentos más importantes de una carrera con la que se ha ganado la admiración de los músicos de su generación y se ha convertido en una verdadera figura de culto en el mundo del rock alternativo.


–¿Cómo es hacer tu propio ‘show’ en salas más pequeñas en comparación con tocar como músico de apoyo en giras enormes de otros grupos?

–Para mí, la experiencia de conectar y comunicar a través de la música no tiene relación al tamaño de la sala o a la cantidad de público. Y más que eso, en este contexto estoy tocando música de mi legado con Natasha (Shneider) en los temas de Eleven, de mi carrera solista y de, por ejemplo, mis colaboraciones en las ‘Desert Sessions’ [esas sesiones desérticas lideradas por Josh Homme en las que reúne a una enorme lista de músicos en los estudios Rancho De La Luna, en Joshua Tree, California, y que ha dado como fruto doce volúmenes de música] y Chris Cornell, y es algo más cercano a mi alma y corazón. Estoy feliz de tener esta oportunidad.

–¿Qué puede esperar el público de tus conciertos en la gira española, en la que tu banda de apoyo es Lost Satellite? ¿Es diferente a Alain Johannes Trío, tu último proyecto en directo junto a los hermanos Cote y Felo Foncea?

–Cada agrupación tiene su personalidad y una entrega distinta. Los chicos entienden el alma de la música muy bien y creo que le vamos a dar con ‘full power’.

 

–¿Cómo surgió la idea de hacer una gira tan extensa por España y no limitar los conciertos a Madrid y Barcelona?

–Bueno, eso es por el esfuerzo de Lost Satellite. Una vez que la idea nació, no había por qué limitar el alcance, y tuvimos la suerte de que también existía interés.

–Por tus declaraciones en el pasado, parece que prefieres un perfil más bien bajo y no te consideras una estrella de rock, pero tu currículum está ahí.

–(Risas) Bueno, realmente nunca me he enfocado en tener un perfil bajo. Le he dado duro desde pequeño para lograr crecer como músico y artista, y ayudar a otros en lo mismo. Para mí, todo es un continuo, mi vida de productor, compositor y artista. Lo de estrella de rock nunca me gustó porque normalmente el ego y ese enfoque te puede sacar de la conexión con el arte. Nunca siento que soy el creador; soy más como el que conecta con la fuente de la creatividad, aunque es difícil explicarlo bien (risas).

–En ese sentido, a la hora de colaborar con otros grandes músicos, ¿es complicado trabajar con ellos y hay que ser, en cierta forma, un mediador o gestor de egos?

–La verdad es que he tenido suerte en no vivir mucho de eso. Un poco de ego sirve para lograr hacer gran arte, pero siempre empujo para que todo lo que hagamos sea en servicio de la música. Por eso me encanta ser parte de una agrupación o un dúo, como mi colaboración con Mark Lanegan. Hay mucho poder en eso, en estar todos enfocados y dándolo todo para lograr algo que sea eterno, una obra maestra. No siempre se logra, pero nunca vamos a por menos.


 
Lo de estrella de rock nunca me gustó porque normalmente el ego y ese enfoque te puede sacar de la conexión con el arte
 

–Entonces, de todos los discos en los que has trabajado como músico, compositor, productor, ingeniero o arreglista, ¿cuál crees que será el que más se recordará con el paso de los años?

–Para mí hay dos. El último de Eleven, ‘Howling book’, y el debut en solitario de Chris Cornell, ‘Euphoria morning’. Los dos son la cima de lo que Natasha y yo, y Natasha, Chris y yo logramos como cocreadores.

–¿Has tenido alguna gira o colaboración con un artista o grupo que finalmente no pudo realizarse?

–Sí. Hace muchos años hubo un plan para formar una nueva banda con Chris Cornell, Matt Cameron (actual batería de Pearl Jam) y Natasha Schneider tras la gira del disco ‘Euphoria morning’. Pero la idea desapareció con la formación de Audioslave [la banda en la que cantaba Chris Cornell acompañado de los músicos de Rage Against the Machine: Tom Morello (guitarra), Tim Commerford (bajo y coros) y Brad Wilk (batería)].

–Josh Homme dijo recientemente que le encantaría volver a reunir a Them Crooked Vultures, pero que dependía de Dave Grohl. ¿Os habéis planteado en algún momento sacar otro disco o salir de gira?

–Mira, llevamos como más de diez años con rumores y posibilidades de un regreso. Es obvio que yo estaría feliz, y seguro que John Paul Jones también. La reunión para el tributo a Taylor Hawkins [el fallecido batería de Foo Fighters] en 2022 fue increíble. Se sentía todo muy natural. Si se logra y me invitan, seguro que me sumo, más que nada porque necesito estar en una foto oficial de la banda (risas).

 
 

–Them Crooked Vultures es una superbanda en toda regla, ¿pero cuál dirías que es el músico con el que has compartido estudio o escenario que más te ha sorprendido por su talento?

–La respuesta es Natasha Shneider. Es el talento más grande de mi vida. Y ya los números 2, 3 y 4, sin ningún orden de preferencia, Josh Homme, Chris Cornell y Mark Lanegan.

–Y con respecto a los directos, ¿cuál es ese concierto que siempre quedarán grabados en tu memoria, ya sea por el sitio, el público o la emoción del momento?

–El tributo a Natasha con QOTSA, PJ Harvey, Matt Cameron, Tenacious D, Jesse Hughes... Fue emocionante e intenso. Y también mi regreso a Chile después de 46 años. Aquel concierto como solista en el Club Rock y Guitarras en el que el público cantaba temas de ‘Spark’ a tope y el álbum acababa de ser editado. Fue una experiencia alucinante. Y también he estado en muchos grandes conciertos con QOTSA, PJ Harvey y Chris Cornell.

–Reencontrarte con tus raíces chilenas, país que abandonaste de pequeño y al que regresaste décadas después, ¿es algo que te ha abierto más la mente a la hora de componer y descubrir que hay vida más allá del rock?

–Vida más allá del rock he encontrado, pero no más allá de la música (risas). Ahora estoy feliz de conectar con mi familia y crear una nueva etapa musical en Chile con los hermanos Foncea.

–Ya te hemos podido escuchar en bandas sonoras de videojuegos como ‘Ghost Recon’, pero todavía no en el cine. ¿Te imaginas en el futuro, como parece haber hecho Trent Reznor, centrándote en tus dotes de compositor?

–Para mí, componer la banda sonora de ‘Ghost Recon’ ya fue como hacer cine, por la calidad de la música, la forma de crearla y el resultado artístico. Estaría realmente feliz de componer para una película, pero hay tanta política y competición detrás que, sin tener una alianza con un realizador, no veo cómo podría hacerlo. Aunque estoy totalmente disponible y me siento capacitado.

 

–Viendo que los cabezas de cartel de los festivales siguen siendo las bandas más veteranas, ¿eres de los artistas que ven negro el futuro del rock o eres optimista con los nuevos grupos que están emergiendo? ¿Y qué consejos les darías?

–Hay muchas bandas increíbles por todos lados. El problema es que existe menos apoyo y en los últimos años han aparecido problemas como el ‘streaming’ y la inteligencia artificial, que hacen mucho más difícil ganarse la vida como músico. Pero eso nunca ha parado a los que no tienen otra opción sino vivir en servicio del arte. Tengo fe que mientras existan seres humanos, existirá el rock, que para mí es el estilo de música con más libertad y energía. No existen límites en lo que se puede crear.