Caras B, demos, remixes, versiones… Los mejores discos ‘cajón de sastre’

 
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Los grupos y artistas no solo publican nuevos temas y, a veces, recurren a desempolvar rarezas o explorar el ‘multiverso musical’ regrabando material propio, con grandes aciertos a lo largo de la historia de Nirvana, Pearl Jam, The Beatles, Oasis, Radiohead, Linkin Park, The Smashing Pumpkins, Johnny Cash, Vetusta Morla y The Smiths, entre otros


Desde hace años la industria musical gira en torno al ‘streaming’ –muy a pesar de los artistas, que reciben cantidades casi simbólicas por las reproducciones–, con plataformas como Spotify demandando a los grupos que publiquen cada pocos meses («¿quién escucha a estas alturas discos enteros?», deben pensar), pero no tiene por qué ser nueva música. El formato ‘rarezas’ también vende, y los artistas y las bandas recurren cada vez más a la fórmula ‘bootleg’ para rentabilizar y sacar partido a recopilatorios de material, en cierto modo, inédito, ya sea en la forma de demos originales, descartes, remezclas o versiones acústicas; o reuniendo las mejores caras B, ya prácticamente extintas tras la llegada del ‘streaming’ y la desaparición de los ‘singles’ en CD o vinilo y que solo tiene espacio en las ediciones especiales o de lujo de los álbumes como ‘bonus tracks’; o las regrabaciones de temas míticos con una nueva lectura… En definitiva, todo lo que sirva para hacer más llevadera la espera del siguiente LP. La mayoría de las ocasiones suele ser contenido solo apto para la base de fans más ‘hardcore’, aunque también pueden deparar alguna sorpresa positiva. 

El último en unirse al club es Paul McCartney, quien publica esta semana ‘McCartney III Imagined’, en el que artistas de la talla de Beck, 3D (Massive Attack), Ed O’Brien (Radiohead), Josh Homme (Queen of the Stone Age), St. Vincent y Phoebe Bridgers reinterpretan las canciones de su último, y aclamado por la crítica, disco. Pero hay muchos más ejemplos, dejando fuera de la ecuación otros recopilatorios habituales como son los ‘grandes éxitos’, remasterizaciones o reediciones sin material adicional de grandes clásicos –últimamente más de moda que nunca, ya sea por el décimo, vigésimo o quincuagésimo aniversario y que suele ser un valor seguro– y recursos habituales como las colaboraciones con otros artistas y los discos en vivo. Aportamos una lista con grandes clásicos, varios favoritos y algunos lanzamientos recientes, aparte de algún que otro pequeño desastre.

CARAS B, DEMOS, DESCARTES…

A lo largo de la historia existen numerosas caras B que son mejores que los ‘singles’ a los que acompañaban o que hubieran merecido formar parte del disco del que, inexplicablemente, se quedaron fuera y se han convertido en favoritas de los fans: ‘I will Survive’ (1978) de Gloria Gaynor, ‘God only knows’ (1966) de Beach Boys, ‘Good riddance’ (1996) de Green Day, ‘We will rock you’ (1977) de Queen, ‘I am the walrus’ (1967) de The Beatles, ‘Maggie may’ (1971) de Rod Stewart, ‘You can't always get what you want’ (1969) de Rolling Stones, ‘The butterfly collector’ (1979) de The Jam, ‘Acquiesce’ y ‘The Masterplan’ (1995) de Oasis, ‘Starla’ (1992) de The Smashing Pumpkins, ‘Yellow ledbetter’ (1992) de Pearl Jam… Y dentro de esta categoría, hay grupos que son especialistas en hacer malas elecciones de los temas que integran sus discos, pero que lo han compensado con recopilatorios que reúnen todas esas joyas ocultas de su catálogo, acompañadas de demos y descartes (y en ocasiones también ‘remixes’, versiones, tomas acústicas… todo mezclado).

Oasis: The Masterplan (1998) / Mustique demos (2016)

 
 

El hecho de que ‘The Masterplan’ sea el tercer mejor disco en la trayectoria de Oasis es solo la prueba del nivel compositivo que alcanzó Noel Gallagher en los años 90, capaz de crear maravillas como ‘Acquiesce’, ‘The Masterplan’, ‘Talk tonight’ y ‘Half the world away’ y dejarlas fuera de sus discos, que probablemente se hubieran convertido en grandes éxitos de cualquiera de los grupos coetáneos del britpop, y que incluso siguen siendo habituales ahora en el repertorio de los conciertos de Liam y Noel Gallagher en solitario.

 
 

Menos buenas son las maquetas grabadas en la isla caribeña de Mustique a principios de 1996 entre Noel Gallagher (que canta en todas) y el productor Owen Morris (aparte de la colaboración puntual de Johnny Depp en ‘Fade-in out’) para el disco ‘Be here now’, desaparecidas durante años hasta que vieron la luz en 2016 dentro del contenido extra de la remasterización del disco. Se trata de un documento sonoro interesante para comprobar la fase primigenia de las canciones y preguntarse por qué no llegó al estudio ‘Angel child’ y cómo terminaron la mayoría de los temas sobreproducidos y estropeados en la mezcla final. Por las drogas, básicamente.

Nirvana: Incesticide (1992)

 
 

Más un recopilatorio de rarezas (versiones, demos…) que simplemente de caras B, el ‘Incesticide’ solo existió por pura codicia, la de la compañía discográfica Geffen de aprovechar el éxito de ‘Nevermind’ y seguir recaudando a la espera de la llegada de ‘In utero’. El disco incluye temas grabados antes de la publicación de ‘Bleach’ (1989) y acierta al dejar para el final ‘Aneurysm’, una de las canciones más potentes, y veneradas, de Nirvana, y de lo mejor del disco junto a ‘Dive’, ‘Sliver’ y las versiones de The Vaselines y, especialmente, de Devo.


The Smashing Pumpkins: Pisces Iscariot (1994)

 
 

Al igual que Noel Gallagher, Billy Corgan también vivió un periodo de gracia en la década de los 90 en el que era incapaz de componer una sola canción mala, y aprovechó el impulso comercial tras publicar una obra maestra como ‘Siamese dream’ para reunir las mejores caras B, demos y versiones en ‘Pisces iscariot’, entre las que sobresalen ‘Starla’ y sus once minutos llenos de distorsión y el mejor solo de guitarra (y más extenso) de Corgan, las rockeras ‘Plume’ y Hello kitty kat’ y las acústicas ‘Whir’ y ‘Obscured’. Además, cuenta con una edición especial lanzada en 2012 con un segundo disco, con más descartes, demos y versiones de canciones como ‘Cinnamon girl’ de Neil Young y ‘Venus in furs’ de The Velvet Underground.

The Smiths: Hatful of Hollow (1984)

 
 

‘Hatful of hollow’ salió poco después del primer álbum de The Smiths, pero es considerado por muchos como el verdadero debut de la banda, tras la decepción que supuso ‘The Smiths’ en cuanto a sonido incluso para sus propios creadores. Para quitarse el mal sabor de boca, incluyeron algunas de las canciones grabadas en unas sesiones en los estudios de la BBC, preferidas por muchos fans, y temas míticos que salieron en su momento como caras B, nada menos que ‘Please, please, please, let me get what I want’ y ‘How soon is now?’, más ‘Heaven knows I’m miserable now’, que fue lanzado como ‘single’ antes del disco, y que probablemente forman la santísima trinidad de la banda.

Radiohead: OKNOTOK (2017) / In rainbows (bonus disc) (2007)

 
 

Los fans de Radiohead llevaban mucho tiempo esperando escuchar las versiones definitivas de ‘I promise’, ‘Man of war’ y ‘Lift’, tres canciones compuestas en la época del ‘OK Computer’, pero que nunca llegaron a publicarse, tras varios intentos infructuosos en el estudio, aunque sí que sonaron en sus conciertos de los 90 y en el documental ‘Meeting people is easy’. Finalmente, con ‘OKNOTOK’, la reedición por el veinte aniversario de su disco más célebre, la banda cumplió ese deseo e hizo justicia a tres temas convertidos en leyenda, aunque lo cierto es que suenan más a ‘The bends’, pero eso también es sinónimo de calidad, además de reunir todas las caras B ya publicadas. Si bien ninguna merecía haberse colado en un disco tan perfecto como ‘OK Computer’, vale la pena descubrir las guitarreras ‘Polyethylene’, ‘Palo Alto’ y ‘Pearly’, con Jonny Greenwood desatado, y experimentos sonoros como ‘Meeting in the aisle’, que encajaría a la perfección en ‘Amnesiac’.

 
 

Si por algo es famoso el disco ‘In rainbows’ es por ese ‘paga lo que quieras’ con el que Radiohead decidió comercializarlo, pero también lo debería ser por el ‘bonus disc’ de la edición física (disponible en ‘streaming’ desde 2016), en el que los de Oxford dejaron todos los descartes, algunos de ellos infinitamente superiores a los temas que finalmente sí pasaron el corte. El más evidente es ‘Down is the new up’, gracias a su maravilloso piano, pero también destacan otros clásicos de largo recorrido de la banda como ‘Up on the ladder’, siempre presente en el estudio desde los años 90; la sorprendente ‘Bangers + Mash’, con doble batería, una de ellas tocada por Thom Yorke, y la apocalíptica ‘4 minute warning’, en la que canta sobre algo terrible que está a punto de suceder.

Biffy Clyro: Similarities (2014)

 
 

Biffy Clyro suele acompañar su gran lanzamiento trianual con un álbum hermano con todas las caras B de los ‘singles’, que habitualmente suenan más a maquetas. De todos los que ha publicado (la banda ya está trabajando en el acompañante de ‘A celebration of endings’), el más redondo es ‘Similarities’, réplica de ‘Opposites’, en el que destacan temas como ‘The rain’, ‘Fingerhut’, ‘Thundermonster’, ‘Feverish’, ‘City of dreadful night’, ‘Fingers and toes’ y ‘A lonely crowd’, que suponen una buena colección de riffs de los escoceses y que con una producción más refinada podrían haber sido incluidos perfectamente en el disco sin desentonar.

VERSIONES ACÚSTICAS

Resulta curioso que las bandas a las que mejor les ha sentado el formato acústico sean las que se convirtieron en adalides del grunge y hacían más ruido sobre el escenario. Puede que Nirvana sea el grupo número uno dentro de los ‘MTV Unplugged’ publicados o emitidos a lo largo de la historia, pero en el ‘top 10’ figuran otros clásicos del sonido de Seattle como Alice in Chains, Pearl Jam y Stone Temple Pilots, aparte de otras actuaciones recordadas como las de Eric Clapton, Jimmy Page junto a Robert Plant y Neil Young. Un formato que ha sido reflotado en los últimos años gracias a Liam Gallagher, Biffy Clyro y Placebo, aunque sin el éxito o el impacto de antaño.

Pero más allá de la famosa cadena de televisión, hay muchos grupos y artistas que han sabido sacar el máximo provecho a unos arreglos minimalistas y más tranquilos de sus grandes éxitos –¿quién no prefiere o disfruta también de las versiones acústicas de ‘About a girl’ y ‘All apologies’ (Nirvana), ‘Everlong’ y ‘Best of you’ (Foo Fighters), ‘Pardon me’ (Incubus), ‘Wanted dear or alive’ (Bon Jovi'), ‘Bitter sweet symphony’ (The Verve), ‘Black hole sun’ (Soundgarden) o ‘Don’t look back in anger’ (Oasis)– y a conciertos grabados en un ambiente con mayor intimidad y cercanía al público que las giras por grandes estadios y salas.

 

Chris Cornell: Songbook (2011)

 
 

La única banda de la era dorada del grunge que no hizo un ‘Unplugged’ fue Soundgarden, así que ‘Songbook’ sirve para que Chris Cornell subsanara ese agravio, además de ofrecer temas propios, uno de ellos, ‘The keeper’, nuevo, y de sus otras bandas, que es mucho decir: Audioslave y Temple of the Dog. Grabado durante una pequeña gira por Norteamérica durante 2011 y solo armado de su (maravillosa) voz y una guitarra acústica, es difícil que no se te erice la piel al escuchar temas como ‘Like a stone’, ‘Black hole sun’ y ‘Fell on black days’ o la versión de ‘Thank you’ de Led Zeppelin.

 

Nirvana: MTV Unplugged in New York (1994)

 
 

A pesar de que Nirvana dejara fuera del repertorio sus canciones más famosas, en favor de versiones de David Bowie, The Vaselines y Meat Puppets, y que musicalmente no fuera ni de lejos su mejor actuación o, a priori, su formato predilecto, el ‘MTV Unplugged in New York’ es el concierto más icónico de la banda –inolvidable la rebeca verde que vistió el cantante–, y probablemente de los 90. ‘About a girl’, ‘Pennyroyal tea’ y ‘All apologies’ suenan infinitamente mejor en acústico y con el paso del tiempo es complicado no estremecerse al escuchar de nuevo ‘Come as you are’ y a Kurt Cobain repitiendo «And I swear that I don't have a gun / No I don't have a gun…».

Foo Fighters: Skin and Bones (2006)

 
 

Como parte de la presentación de ‘In your honor’, Foo Fighters se embarcó en una gira para defender el lado acústico del álbum, aderezado de varios de sus grandes éxitos, con la reincorporación del guitarrista Pat Smear y la participación de músicos adicionales para enriquecer los temas. El resultado es ‘Skin and bones’, grabado durante tres conciertos en Los Ángeles y en el que brillan ‘My hero’, ‘Next year’, la versión casi folk de ‘Big me’, ‘Times like these’, ‘Best of you’ y el ‘crescendo’ final de ‘Everlong’.

 

Eric Clapton: Unplugged (1992)

 
 

Eric Clapton vendió 26 millones de copias de su ‘Unplugged’, grabado en Inglaterra y en el que incluyó ‘Tears in heaven’, dedicada a su hijo Conor, quien falleció con cuatro años tras caerse desde una ventana de un rascacielos, que apareció por primera vez en la banda sonora de la película ‘Rush’ (1991), y algunos de los clásicos de sus bandas, adaptados al formato, como ‘Layla’. Al contrario de Nirvana, el disco es todo un derroche de talento tanto de Clapton como de la destacada nómina de músicos que le acompañaron esa noche especial.

 

Cage the Elephant: Unpeeled (2017)

 
 

Una de las mejores opciones en el formato acústico es incorporar arreglos de cuerdas, lo que queda claro en el ‘Unpeeled’ de Cage the Elephant, en el que dejan a un lado toda la energía que despliegan sobre el escenario para mostrar una versión de la banda más contenida, pero sin perder esa actitud característica suya, luciéndose tanto en las canciones más tranquilas, como ‘Telescope’, ‘Cigarette daydrems’ y ‘Right before my eyes’, como en las más movidas, desde ‘Punchin’ bag’ y ‘Cry baby’ hasta ‘Back against the wall’, y sus clásicos mejorados por un octeto de cuerda, como ‘Shake me down’, ‘Spiderhead’ y ‘Come a little closer’, e incluso un coro. Grabado en diferentes auditorios en Estados Unidos durante una gira, el disco podría pasar perfectamente por uno de estudio, por las interpretaciones perfectas de los temas y los pocos momentos, la mayoría perfectamente escogidos, en los que se escucha al público. 

Kelly Jones: Don’t let the devil take another day (2020)

 
 

‘Don’t let the devil take another day’ no solo ofrece la posibilidad de escuchar los grandes éxitos de Stereophonics, y algunas canciones de Kelly Jones en solitario, de una forma distinta, sino también sus historias. Sobre la base de la guitarra acústica y su inconfundible voz (una mezcla entre Bryan Adams y Rod Stewart), el cantante galés añade otros instrumentos como el piano, la trompeta y el violín para mostrar versiones íntimas e interesantes de clásicos de la banda como ‘Hurry up and wait’, ‘Mr. Writer’, ‘Just looking’, ‘Traffic’ y ‘Local boy in the photograph’ e incluso de ‘Dakota’ con guitarra eléctrica y a ritmo garagero para cerrar el ‘show’ por todo lo alto.

Pearl Jam: MTV Unplugged (2019)

 
 

Grabado en 1992 en Queens (Nueva York) pocos meses después de publicar ‘Ten’, pero de más reciente aparición en las plataformas de ‘streaming’ tras su lanzamiento en vinilo para el ‘Record Store Day’ de 2019, el ‘MTV Unplugged’ de Pearl Jam fue la prueba definitiva de que Eddie Vedder iba a convertirse, como así se ha demostrado con el paso de los años, en uno de los mejores cantantes de rock de la historia. El disco consiste en siete de los temas interpretados aquella noche (la versión de ‘Rockin’ in the free world’ no aparece al igual que en la retransmisión original), cargados de gran sentimiento, entre los que destaca ‘Jeremy’ y Black’ y solo flojea ‘Even flow’, con un Vedder que supo contenerse en una época en la que era todo un torrente de energía sobre el escenario y a veces parecía más un trapecista: se jugaba el físico cada noche trepando hasta el lugar más alto (¡15 metros!) y lanzándose al público.

 

VERSIONES

Hay una certeza clara: existen versiones que superan con creces a la canción original e, incluso, que muchos desconocen que fueron escritas y grabadas previamente por otros artistas. Ejemplos de ello, aunque se trata de algo siempre subjetivo, son el ‘Knockin’ on heaven’s door’ de Guns N’ Roses (original de Bob Dylan); ‘The man who sold the world’ de Nirvana (David Bowie); ‘Twist & shout’ de The Beatles (Top Notes); ‘Hurt’ de Johnny Cash (Nine Inch Nails); ‘Feeling good’ de Muse (Nina Simone); ‘I shot the Sheriff’ de Eric Clapton (Bob Marley); ‘I am the walrus’ de Oasis (The Beatles); ‘Hallelujah’ de Jeff Buckley (Leonard Cohen); ‘Eloise’ de Tino Casal (Barry Ryan); ‘I will survive’ de Cake (Gloria Gaynor); ‘With a little help from my friends’ de Joe Cocker (The Beatles); ‘Babe I’m gonna leave you’ de Led Zeppelin (Joan Baez); ‘I just don’t know what to do with myself’ de The White Stripes (escrita por Burt Bacharach, pero hecha famosa por Dusty Springfield); ‘Nothing Compares 2 U’ de Sinead O’Connor (Prince); ‘Whiskey in the jar’ de Metallica (Thin Lizzy); Björk, ‘It’s oh so quiet’ (Betty Hutton)… Pero otra evidencia es que, cuando se afronta la difícil tarea de grabar un disco compuesto íntegramente por versiones, resulta prácticamente imposible conseguir el pleno. Lo normal es que algunos temas brillen, pero otros muchos desentonen.

 

RATM: Renegades (2000) / Metallica: Garaje Inc. (1998) / Guns N’ Roses: The spaghetti incident? (1993)

 
 

Tres discos con un denominador común. El que por ahora sigue siendo el testamento sonoro de Rage Against the Machine, ‘Renegades’, es un álbum en el que la banda rinde homenaje a todos esos grupos que forman parte del ADN de su sonido, una selección bastante ecléctica que va desde MC5, Minor Threat y The Stooges hasta Bob Dylan, The Rolling Stones, Cypress Hill y Bruce Springsteen, pero convirtiendo las canciones en algo, en ocasiones, totalmente distinto, en puro RATM y sus riffs clásicos. Aunque no se trata de la despedida deseada del grupo y palidece en comparación con el resto de discos de la banda.

Metallica, en plena crisis existencial en los años 90, también sacó su álbum de versiones, ‘Garage inc.’, en su caso doble, con novedades como ‘Whiskey in the jar’ (Thin Lizzy) y ‘Turn the page’ (Bob Seger) en el primer CD, y temas como ‘Am I evil?’ (Diamond head), ya publicados y conocidos, en el segundo. Por desgracia, es un LP que suele ocupar los puestos de cola, por no decir el farolillo rojo, en la discografía de los de San Francisco.

 
 

Y lo mismo sucede con ‘The spaghetti incident?’ de Guns N’ Roses, el último trabajo hasta la fecha de la banda con Slash y Duff McKagan y con el grupo en modo autodestrucción en un periodo en el que era el blanco predilecto de todas las críticas. La pena es que no recoge la magia de anteriores versiones impecables, como ‘Live and let die’ y ‘Knockin’ on heaven’s door’, si bien tiene sus defensores, y se centra en canciones del punk. La única que todavía suena habitualmente en sus conciertos es ‘Attitude’ de Misfits.

Johnny Cash: American Recordings I-VI (1994-2010)

 
 

Entre 1994 y 2010, Johnny Cash lanzó una serie de discos, ‘American recordings’, producidos por Rick Rubin y cuyo principal atractivo eran las versiones que incluía, algunas tan sorprendentes como ‘Hurt’, de Nine Inch Nails, y ‘Personal Jesus’, de Depeche Mode, y de grupos y artistas tan dispares como Beck, Soundgarden y Nick Cave, así como otras de autores quizás más afines: Tom Waits, Kris Kristofferson, Neil Young y Leonard Cohen. Todas, eso sí, con el sello personal del cantante, una voz capaz de alcanzar lo más profundo de nuestra alma, y un sonido sobrio, puro y auténtico, con guitarras, órgano, algo de percusión, y nada más. El mejor legado de toda una leyenda.

Weezer: The teal album (2019)

 
 

Espoleados por el inesperado éxito de su versión de ‘Africa’ de Toto, Weezer publicó por sorpresa ‘The teal album’, un disco repleto de grandes clásicos de los ochenta como ‘Billie Jean’ (Michael Jackson), ‘Take on me’ (A-ha), ‘Sweet dreams’ (Eurythmics)… y otros más rockeros de otras décadas como ‘Paranoid’ (Black Sabbath) que, en líneas generales, se limitan a copiar los originales. Aunque Rivers Cuomo y los suyos se las arreglan para que también suenen a Weezer. No obstante, la conclusión es clara: se trata de un disco totalmente innecesario con una selección de temas de lo más desafortunada, para lo que podía haber sido.

 

The Jaded Hearts Club: You’ve always been here (2020)

 
 

La superbanda The Jaded Hearts Club, formada por ilustres músicos como Matt Bellamy (Muse), Graham Coxon (Blur), Miles Kane (The Last Shadow Puppets), Sean Payne (The Zutons), Nic Cester (Jet) y Jamie Davis, publicó el año pasado su primer disco, que en lugar de versionar los grandes, y muy trillados, temas de The Beatles, The Who y The Rolling Stones, como hacen en sus conciertos y en el reciente ‘Live at the 100 Club’ (2021), se trataba de un homenaje a temas de northern soul y de la Motown de los años 50 y 60, adaptados a los parámetros del indie rock actual y con la producción grandilocuente típica de Muse (Bellamy es el responsable). Entre lo mejor, la guitarra diabólica de Coxon en ‘I put a spell on you’, de Screamin’ Jay Hawkins, y las interpretaciones vocales de Kane en ‘Nobody but me’, de The Human Beinz, y Cester en ‘This love starved heart of mine’, de Marvin Gaye, y ‘Reach out (I’ll be there)’, de Four Tops. 

Mark Ronson: Version (2007)

 
 

El productor más de moda del pop, Mark Ronson, lanzó un curioso disco en 2007, ‘Version’, en el que convierte su extraña selección, sin ningún hilo conductor o coherencia aparte de ser clásicos más o menos modernos del indie, en canciones para salir de fiesta, con muchos metales, funk y dance. Desde ‘No one knows’ de QOTSA, ‘Stop me if you think you’ve heard this one before’ de The Smiths y ‘Just’ de Radiohead hasta lo mejorcito de las Islas Británicas de las últimas décadas: ‘LSF’ de Kasabian, ‘Apply some pressure’ de Maxïmo Park, ‘God put a smile upon your face’ de Coldplay, ‘Oh my god’ de Kaiser Chiefs…

 

REMEZCLAS y MASH-UPS

Afrontémoslo, los álbumes de remezclas suelen tener un escaso éxito comercial, quintando a gigantes de la industria como Michael Jackson o Madonna, que sí consiguieron alcanzar cifras estratosféricas con ‘Blood on the dance floor’ y ‘You can dance’, con seis y cinco millones de discos vendidos, respectivamente, por el poco interés que despiertan. Pero a veces supone un ejercicio interesante darle una nueva envoltura electrónica a las canciones, e incluso puede servir para convertir en éxitos a canciones que no tuvieron demasiada repercusión en las listas, como por ejemplo ‘A little less conversation’ de Elvis, que tras pasar por las manos de Junkie XL llegó al número uno en más de 20 países y apareció en anuncios y bandas sonoras a principios de este siglo, o uno de los temas que más sonó en los 90, ‘Brimful of asha’, de Cornershop, que era en realidad el ‘remix’ hecho por el maestro de los maestros Fatboy Slim. Más común en el mundo de la electrónica y del hip hop, también hay grandes ejemplos con bandas de rock y de metal en el que los colaboradores elegidos supieron darle un nuevo aire a las canciones.

Otra alternativa, más común de forma clandestina por el tema de los derechos de autor, es el mash-up, el arte de mezclar dos o más canciones (lo habitual es las voces de una y la parte instrumental de otra) que, sin embargo, no suele dar resultados espectaculares salvo algún caso muy puntual.      

 

Linkin Park: Collision course (2004) / Danger Mouse: The grey album (2004)

 
 

Ponderado por algunos y vilipendiado por otros, el EP ‘Collision course’ es el paradigma del ‘mash-up’ (dentro del oficialismo, es decir, con los artistas implicados, porque el verdadero referente es ‘The grey album’ de Danger Mouse, que combinaba por pura diversión, e incumpliendo los derechos de autor, ‘The black album’ de Jay Z con el ‘White album’ de The Beatles), mezclando a Linkin Park, cuando estaban en lo más alto con sus dos primeros álbumes, con algunas de las mejores canciones de Jay Z, cuando era un poco menos rico. Estaba claro que ‘99 Problems’ iba a encajar a la perfección con temas tan cañeros como ‘Points of authority’ y ‘One step closer’, aunque suena mejor junto a ‘Helter skelter’, pero la versión que realmente salió triunfadora del experimento es ‘Numb/Encore’, que incluso llegó a ganar un ‘Grammy’. Y para cerrar el círculo y homenajear en cierta forma a Danger Mouse, en la gala de los premios invitaron al mismísimo Paul McCartney para que añadiera a la mezcla su ‘Yesterday’. En lo que respecta a ‘The grey album’, se trata de toda una demostración de virtuosismo en el uso de los ‘samples’ que, de haber sido legal y no un proyecto que solo sobrevive en YouTube, probablemente se hubiera convertido en uno de los discos más vendidos en 2004.

 

Depeche Mode: Remixes 81-04 (2004)

 
 

Para un grupo como Depeche Mode, un álbum de remezclas encaja perfectamente en sus planes, y la elección de los responsables de darle nueva vida a las canciones no puede ser mejor, con Mike Shinoda añadiéndole el toque de nu metal de los mejores Linkin Park a ‘Enjoy the silence’ y otros muchos ilustres como Underworld, Goldfrapp, DJ Shadow, Timo Maas y Air haciendo suyos temas míticos de las últimas décadas como ‘Never let me down again’, ‘Barrel of a gun’ y ‘Personal Jesus’, o mejorando otros no tan conocidos como ‘Halo’ y ‘Home’.

 

Massive Attack v Mad Professor: No protection (1995) y Part II (2019)

 
 

Mad Professor se encargó de convertir el segundo disco de Massive Attack, ‘Protection’, que tras el sobresaliente debut de ‘Blue lines’ causó cierta decepción entre la crítica y el público, en algo llamado ‘No protection’, un disco más en la línea del debut de la banda, con el dub como bandera, y considerado por muchos un escalón por encima, con mejores notas en las principales webs musicales que las canciones originales. Sin duda, el álbum de remezclas más icónico de los 90. 

La banda de Bristol decidió publicar en la reedición de ‘Mezzanine’ en 2019 un segundo disco con las remezclas de varios de los temas, incluidos los clásicos ‘Angel’ y ‘Teardrop’, hechas de nuevo por Mad Professor, de las que algunas ya habían sido publicadas previamente, pero otras eran inéditas, y que sigue la misma línea sonora de su antecesor.

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Deftones: Black stallion (2020)

 
 

El año pasado, el mítico ‘White pony’ de Deftones celebró su 20 aniversario, y la banda publicó en diciembre la consabida reedición, que incluía un disco extra electrónico bautizado como ‘Black stallion’, con la participación de diferentes artistas como DJ Shadow, que en un primer momento iba a encargarse de hacer todos los temas, Mike Shinoda (otra vez), Robert Smith de The Cure, Squarepusher, Blanck Mass y otros. Y como siempre, algunas canciones son más reconocibles que otras, como ‘Teenager’ y ‘Pink maggit’, y otras completamente distintas, como ‘Korea’ y ‘Change (in the house of flies)’. Pero si ya ‘White pony’ supuso una ruptura total con las bandas de nu metal en el año 2000, ‘Black stallion’ demuestra que se pueden hacer ‘remixes’ interesantes de un material tan bueno. Sin duda, la versión de ‘Passenger’ es la que hace que merezca la pena escuchar el experimento.

  

A Perfect Circle: aMOTION (2004)

 
 

En el lado de los álbumes de ‘remixes’ de bandas de rock también destaca ‘aMOTION’, que añade nuevas capas industriales que, incluso, mejoran varios de los temas más sobresalientes de los dos primeros discos de A Perfect Circle, como ‘Judith’, ‘The Hollow’, ‘3 Libras’ (cuya versión de este disco suele ser la tocada en directo) y ‘The outsider’, con grandes nombres del rock como Wes Borland (Limp Bizkit), James Iha (Smashing Pumpkins), Troy Van Leeuwen (QOTSA), Danny Lohner (NIN) y Massive Attack detrás de las nuevas creaciones. El disco venía a compensar el desastre absoluto que resultó ‘eMOTIVe’, el tercer disco de la banda, que consistió en versiones de canciones protesta o con contenido político, entras las que figuran el ‘Imagine’ de John Lennon y otras de Marvin Gaye, Black Flag y Devo, todas irreconocibles y convertidas al sonido industrial, del que solo se salvan los dos temas más o menos propios que incluye: ‘Passive’ y ‘Counting bodies like sheep to the rhythm of the war drums’

 

AUTOVERSIONES/DECONSTRUCCIONES

Más allá de los ‘remixes’ y los acústicos, las autoversiones también existen. Si bien es cierto que la opción de reconstruir/reinterpretar/deconstruir una canción usando otros instrumentos o a través de diferentes estilos no es algo demasiado habitual, a no ser que te llames Bob Dylan en un concierto cualquiera. O seas David Bowie y te saques de la manga otro ‘Rebel rebel’ en 2003. O que U2 haga más cañero un tema como ‘Elevation’ para la banda sonora de ‘Tomb raider’, añada un coro de góspel a ‘I still haven't found what I'm looking for’ para el disco ‘Rattle and hum’, por no hablar de las versiones mejoradas de sus canciones del disco ‘Pop’. O que Talking Heads introduzca un chelo en una toma acústica de ‘Psycho killer’. O que Smashing Pumpkins produzca diversas versiones de ‘The end is the beginning is the end’, una de ellas, ‘The beginning is the end is the beginning’, en la línea de su disco ‘Adore’, que es la que ha sonado en los conciertos de la banda y la única disponible en Spotify. O que Guns N’ Roses incluya un ‘Don’t cry’ en cada uno de sus ‘Use your ilusion’ (uno con una letra alternativa). O que Radiohead también grabe un tema en el que solo cantaba y tocaba Thom Yorke, ‘I will’, con la banda al completo (también se podría hablar de las versiones a piano en directo de temas como ‘Fog’ y ‘Like spinning plates’ o la acústica vs. electrónica ‘True love waits’). O que Muse interprete sus temas en directo cambiando la guitarra por el piano o viceversa (‘Sunburn’, ‘Cave’, ‘Falling down’, Screenager’, ‘Soldier’s poem’…).

Para más inri, en los últimos años han aparecido varios trabajos que ponen en duda las decisiones que se tomaron en su día en el estudio a la hora de grabar la versión que, en principio, se antojaba definitiva. Porque, tal y como explicó Pucho durante el lanzamiento del último disco de Vetusta Morla, las canciones son «seres vivos que mutan y se transforman a lo largo de los años». Además de que, dentro de sí, «contienen otras canciones», que podrían solo existir en una realidad paralela dentro del multiverso, algo más común en el mundo de los cómics. Pero la música y las canciones, por qué no, también son infinitas.

The Beatles: Anthology 1-3 (1995-1996)

 
 

Nada mejor que empezar con la trilogía de discos de The Beatles de ese macroproyecto titulado ‘Anthology’, en la que había hueco para descartes, demos, directos, rarezas y algunas versiones inéditas (al menos oficialmente) de sus grandes clásicos. Tres discos dobles dedicados cada uno a diferentes épocas y álbumes, y que incluso sirvieron para estrenar ‘Free as a bird’ y ‘Real love’, dos temas que acabaron de grabar Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr a partir de las maquetas de John Lennon y que se convirtieron en los primeros publicados por los Beatles en 25 años. Si bien es cierto que hay versiones que difieren del material original, otras solo son maquetas con pequeñas variaciones. Pero merece la pena escuchar algunas como ‘The long and winding road’, ‘Tomorrow never knows’, todavía más hipnótica; ‘Strawberry fields forever’, ‘Across the universe’, ‘While my guitar gently weeps’ y un ‘Helter skelter’ menos heavy y más stoner.    

 

Muse: Simulation theory (2018)

 
 

La definición de que son versiones que muestran cómo podrían haber sido las canciones en una realidad alternativa o paralela la ejemplifica mejor que nadie Muse. En su último disco, ‘Simulation theory’, añadió un segundo LP, o ‘bonus tracks’, en la edición ‘super deluxe’, en el que incorporó diferentes tomas de las canciones, algunas propiamente bautizadas como ‘alternate reality version’. En ellas presentaba el tema ‘Algorithm’ impregnado de la épica del compositor Hans Zimmer, ‘Pressure’ con el sonido de una ‘marching band’ de una universidad americana en el descanso de un partido de fútbol, la flojísima ‘Dig down’ mejorada con un piano y un coro de góspel y ‘The dark side’ como si hubiera sido grabada por Pink Floyd para ‘The Dark side of the moon’, por destacar los experimentos más sobresalientes.        

 

Vetusta Morla: MSDL - Canciones dentro de canciones (2020)

 
 

¿Estirar el chicle o gran ejercicio artístico? Esa es la cuestión. El último disco hasta la fecha de Vetusta Morla es su reinterpretación de ‘Mismo sitio distinto lugar’, el penúltimo, tan solo tres años después. Lo extraño del caso es publicarlo en un periodo en el que lo normal hubiera sido presentar nuevas canciones, pero la banda decidió volver a meterse en el estudio para darle una forma distinta a los temas, o quién sabe si en un inicio estaban pensados para ser así, cambiando la instrumentación, la interpretación, la producción y los arreglos de lo que quedó previamente registrado. Pero como las canciones ya eran buenas de por sí, y reinterpretadas y ‘desnudadas’ hay algunas incluso mejores (‘Punto sin retorno’, por ejemplo’, con extra de fuerza y emotividad), queda resuelta la cuestión del principio.

 

NIN: Still (2002)

 
 

El único disco oficial en directo de NIN, ‘All that you could have been’, de la gira del sobresaliente ‘The fragile’, incluía un segundo disco, también comercializado de forma independiente, titulado ‘Still’, en el que aparecían varias deconstrucciones de algunas de las mejores canciones de los tres discos publicados por la banda hasta entonces, que venían a ser unas versiones más crudas (para nada simplemente acústicas) con teclados, piano y guitarras de las originales, en las que brillan ‘The day the world went away’ y ‘The fragile’, aparte de cinco temas nuevos, cuatro de ellos instrumentales.


Bob Dylan: The Bootleg Series Volumes 1-3 (1991)

 
 

El primer volumen de ‘The bootleg series’ de Bob Dylan reúne en tres discos las canciones inéditas y tomas alternativas de las grabaciones comprendidas entre 1961 y 1989. La mayor parte son descartes de sus álbumes de estudio, maquetas y algún tema en vivo, pero también contiene interesantes versiones diferentes de varios de sus himnos, como ‘Subterranean homesick blues’, ‘Like a rolling stone’ y ‘Tangled up in blue’.

Y de regalo…

The Flaming Lips: The dark side of the moon (2009)    

 
 

Lo de The Flaming Lips es ir un paso todavía más allá: coger uno de los álbumes más míticos de la historia, ‘The dark side of the moon’, de Pink Floyd, y hacerlo totalmente suyo, cambiando de arriba a abajo las canciones, con la inestimable ayuda del actor y cantante Henry Rollins, encargado de los monólogos, y de las bandas Peaches y Stardeath and White Dwarfs, añadiendo todos esos elementos típicos de la banda de Wayne Cole: psicodelia, distorsión, vocoder y bases electrónicas. Lo mejor: ‘Speak to me/breathe’, ‘Us and them’ y ‘Eclipse’. Lo peor: la bizarrada de ‘Money’. Años después hicieron lo mismo con ‘In the Court of the Crimson King’ de King Crimson, el debut de Stone Roses y ‘Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band’ de The Beatles, este último con invitados como Miley Cyrus, My Morning Jacket, Puscifer y Moby.