Leon Coeur: «En una boda nos pidieron tocar ‘Highway to hell’ y fue un desastre»

El dúo Leon Coeur: Hugo Mellado y Guillermo Botí. / MARTINA HACHE

El dúo Leon Coeur: Hugo Mellado y Guillermo Botí. / MARTINA HACHE

El dúo madrileño de pop-folk publica ‘Vuelve’ y ‘Los Ángeles’, primeros adelantos de lo que será su segundo disco, que verá la luz este año y en el que definitivamente cantan en castellano, «en lugar de dar bandazos con varios idiomas»; hablamos con Guillermo Botí y Hugo Mellado sobre las nuevas canciones y las anécdotas de sus servicios musicales en Bodas.net


‘Vuelve’ y ‘Los Ángeles’ son los dos primeros adelantos, ya disponibles en todas las plataformas, del nuevo trabajo del dúo madrileño Leon Coeur (un juego de palabras de Ricardo Corazón de León), con el que intentarán hacerse un hueco en el panorama musical y que supone un giro en su carrera al apostar definitivamente por el castellano como ‘idioma predeterminado’, que antes combinaban con el inglés, fundamentalmente, e incluso el francés, y por un sonido (que suelen comparar con Postcard Boy, 1975 y Caloncho) algo alejado –los caminos del ‘autotune’ y los ritmos urbanos son inescrutables – de su primer disco, ‘Tapas’ (2020), y una producción más elaborada, aunque con el folk, las melodías pop y unas letras en las que relatan su realidad cotidiana todavía por bandera.

Guillermo, Will, Botí (Barcelona, 1993; voz y guitarra eléctrica) y Hugo Mellado (Toulouse, 1993; voz y sintetizadores) formaron la banda allá por 2017, a caballo entre Madrid y Londres, donde durante año y medio se curtieron como músicos callejeros, y nos cuentan lo que el público puede esperar de sus nuevas canciones, que irán desgranando mes a mes, y que en algún momento de este año, más pronto que tarde, presentarán en directo, acompañados por Miky Lagoona (batería) y Antonio Vaquero (bajo).

–Para quien no os conozca, ¿qué tipo de música hace Leon Coeur?

–Hugo Mellado: Leon Coeur hace música con mucho sentimiento, con dos voces principales que se armonizan constantemente y canciones con las que cualquiera se puede sentir identificado. El grupo nació cuando vivíamos en Londres, buscábamos un proyecto para tocar juntos en las calles y enseñar los temas que hacíamos.

–Lo próximo que vais a presentar lo habéis definido como bedroom pop, que no es otra cosa que el manido DIY (do it yourself). ¿Renovación, evolución, reciclaje o metamorfosis?

–Guillermo Botí: Es un poco de las cuatro. Hemos llegado a estos sonidos de forma muy orgánica, por las influencias que tenemos, la forma de componer y producir y la búsqueda de sonidos envolventes.

–¿Cuáles han sido los principales referentes para vuestro nuevo disco? ¿Qué es lo último que estáis escuchando y os ha llamado más la atención?

–Guillermo Botí: Cuando tomamos la decisión de escribir solamente en español, vino un poco por descubrir artistas que trataban el idioma de una forma que nos representaba más, con melodías y sonidos muy anglos, pero letras en castellano, que fluyen melódicamente de una forma muy particular. Por ejemplo, aquí en España Sen Senra, o del otro lado del charco, Caloncho, Gus o bandas como El Zar y Conociendo Rusia son influencias y referentes.


Tocando en las calles de Londres te das cuenta de que el idioma, para emocionarse con las canciones, no es lo más importante
— Leon Coeur

–Y en el tema de la producción, ¿por qué habéis optado por una casera, en lugar de recurrir a un gurú de las mesas de mezclas? Y por dejar atrás el concepto de acústico por otro con más instrumentos, sintetizadores…

–H. M.: Nos cambió un poco la vida grabar el disco ‘Tapas’ en Estudios Reno con Brais Ruibal y Luca Petricca, que nos enseñaron un montón de cosas, pero sobre todo cómo la producción y los arreglos pueden llevar una canción a donde tú quieras. A partir de ese aprendizaje nos empezamos a interesar mucho más por la producción y pasamos horas componiendo y produciendo simultáneamente. Así automáticamente nos empezaron a salir nuevos sonidos y comenzamos a darnos cuenta de que estábamos consiguiendo plasmar nuestra idea de sonido en las composiciones. Es verdad que también nos gusta y nos parece importante tener a alguien exterior para que equilibre un poco. Ahora por ejemplo producimos con Anto Vaquero, que también toca con nosotros.

–En ‘Los Ángeles’ se nota que hay un toque de reguetón. ¿Es imposible escapar a los códigos de la música urbana?

–G. B.: Creemos que siempre es importante ser consciente de lo que está ocurriendo en el mundo de la música y nos gusta coger elementos y meterlos en nuestro sonido, porque creemos que la esencia del grupo se reconoce y se reconocerá más allá de esto. Efectivamente, en ‘Los Ángeles’ quisimos usar ese ritmo de reguetón lento, pero el futuro de la música en nuestra opinión no pasa solamente por un estilo.

 
 

–Un poco lo que ha hecho C. Tangana en ‘El Madrileño’.

–G. B.: Sí, nos parece que es el mejor ejemplo de eso que hablábamos. C. Tangana es un especialista en coger elementos y estilos dispares y conseguir que tenga su esencia igualmente.

–H. M.: Su último disco es sencillamente de esos trabajos que marcan época e influyen a mucha otra gente.

–Para un grupo español, ¿es imposible triunfar ahora, tal y como se hacía en los años 90, en España cantando en inglés?

–H. M.: Imposible no hay nada, pero es innegable que es más complicado. Sin embargo, si el idioma está bien tratado y las canciones son buenas, eso al final es lo más importante. Jack Bisonte y St Woods son un perfecto ejemplo de ello.

–Ya que lo nombras, cuando entrevistamos a St Woods nos confesó que si alguna vez cantaba en castellano, significaría que se ha vendido. En vuestro caso, supongo que vuestro estilo (una propuesta no tan estrictamente folk) os permite esa licencia, la de alternar ambos idiomas. Pero también es una decisión basada en un componente comercial, porque al final si quieres vivir de la música, hay que adaptarse.

–H. M.: Nosotros entendemos venderse como otra cosa. Hemos compuesto durante años en varios idiomas, y tocando en las calles de Londres te das cuenta de que el idioma, para emocionarse con las canciones, no es lo más importante. Que a los grupos en inglés se les ponga más trabas en España tiene más que ver con algo intrínseco en la sociedad, que luego se traslada a las altas esferas de la industria. Nuestro cambio tiene más que ver con centrarnos en un idioma que ya tocábamos antes, como un reto de poder hacer algo importante en un idioma en lugar de dar bandazos con varios.

 
 

–Por otro lado, la ventaja es que habéis dicho que vuestros amigos ahora se saben las canciones. Y en el público también se debe notar.

–G. B.: Ese es un argumento también fuerte para el cambio. Cuando en ‘petit comité’ cantábamos los temas a amigos y a la segunda ya se los sabían, nos dio mucho que pensar y, sencillamente, le cogimos un gusto y una ilusión que se mantiene a día de hoy.

–Y a la hora de componer, como os repartís los roles.

–G. B.: La mayoría de veces componemos por separado y luego juntamos, pero otras nos pasamos la patata y otras arrancamos un tema juntos de cero. Hay como una energía entre los dos que hace que cualquiera de las tres opciones funcione y eso nos hace felices.

 
 

–Aunque ahora se hacen pocos conciertos, ¿cuál han sido vuestras sensaciones subidos al escenario en la ‘nueva normalidad’?

–H. M.: La sensación es agridulce, pero sin duda preferimos tocar en estas condiciones que no tocar. Las pocas veces que hemos podido hacerlo este año ha sido un poco recordar y resentir la verdadera razón por la que uno hace música.

–Recordando de nuevo la entrevista con St Woods, con el que tenéis una relación especial, también surgió el tema de los músicos callejeros, que en Londres se podían ganar la vida, pero que aquí en España es solo un mendigo al que darle monedas, y que quizás es una buena analogía de la forma en la que se trata en este país a la cultura.

–H. M.: Estamos de acuerdo. En Londres nos llevan años de ventaja con la música callejera. Es otro concepto y otra mentalidad. Sin embargo, empezamos a ver ahora por el centro de Madrid músicos callejeros con nivel, apasionados y con ganas de hacer que las calles tengan banda sonora y ese es el primer paso para que nos demos cuenta de lo bonito que podría ser que esto fuera así siempre.


Que a los grupos en inglés se les ponga más trabas en España tiene más que ver con algo intrínseco en la sociedad, que luego se traslada a las altas esferas de la industria
— Leon Coeur

–Después de todos estos años dedicados a un mundo tan complicado como el de música, ¿cuál es la principal lección que habéis aprendido? ¿Os arrepentís de algo?

–G. B.: La gran lección para nosotros es que hay que tratarlo como un oficio y tener muy claro que esto es lo que uno quiere.

–H. M.: Y hemos aprendido a tener mucha paciencia, a centrarnos en las cosas que podemos controlar, pero sin prisa. Cuando hemos cambiado ese chip, han llegado los resultados.

–Obviamente, llama especialmente la atención de vosotros vuestra presencia en Bodas.net. ¿Cuál es la mejor anécdota que os ha pasado en una boda?

–H. M.: Pues la primera boda que hicimos fue porque nos vieron por las calles de Londres y viajamos a España para hacerla. A partir de esa nos salieron cinco más y así sucesivamente. La mayoría de las que hemos hecho han sido por el boca a oreja, pero al tener esa posibilidad nos metimos en Bodas.net para profesionalizarlo un poco y poder coger más. Una de las anécdotas que contamos siempre es la de una boda que no llegó a ocurrir. Recibimos un mensaje del novio unas semanas antes avisándonos de que al final no se casaban…

–¿Cuál es la canción más extraña que os han pedido que toquéis, porque se supone que ofrecéis esa posibilidad dentro del pack y aquí en España somos mucho de hacer peticiones? ¿Y cuál, bajo ningún concepto, no tocaríais?

–H. M.: En una boda nos pidieron tocar ‘Highway to hell’ y nos tiramos a la piscina, pero fue un desastre (risas). Después de aprender de eso, quizás no tocaríamos cualquier canción que podamos destrozar.